Él solo vivía su día a día, caminaba con un paso propio, sin prisas, sin preocupaciones, olvidando como era la sensación de querer, como se sentía estar enamorado, él pensaba que su corazón lo había abandonado.
Él caminaba durante varias horas, disfrutaba de los pequeños detalles de la vida que nadie se detiene a observarlos, el verde color de los árboles, el simple olor de las flores, la cálida e inocente risa de los niños riendo en un parque, el hermoso cielo de color azul.
Él iba con angustias viejas, con cicatrices abiertas, mientras caminaba levanto su mirada, y se encontró frente a frente con ella, él quedo pensando, quien era aquella chica tan guapa.
Él no dejaba de pensar en ella, le quitaba el sueño y terminaba viendo las estrellas, él sentía algo extraño, algo que había olvidado, comenzaba a sonreír y a cada instante pensaba en ella.
Cambio sus horas sumergido en silencio, por pasar horas cantando, sus días pensativos por cartas para ella, el pasaba mas horas sonriendo que sentado viendo a la nada.
Él solo quería darle un abrazo fuerte y apretado, regalarle una rosa, cantarle una canción, escribirle una carta, él solo quería hacerla sentir bien y feliz, pero él no creía en si mismo.
Ella hacia siempre el mismo recorrido, él siempre pensaba en hablarle, pero tenia miedo, por miedo ha perdido muchas cosas.
El tiempo paso, él le hablo y se hicieron amigos, ella veía en él una gran persona, pero no podía ver mas allá de sus ojos, no podía saber que el sentía por ella, él guardo silencio durante tanto tiempo, lo que hacia latir su corazón fuertemente, hoy eso mismo lo estaba matando lenta y dolorosamente.
Él quería hacer una historia diferente en su vida, pero el miedo y la perdida fueron mas fuertes.
Él solo quería tomar su mano.