sábado, 8 de febrero de 2014

K

Un gato negro camina por la gran avenida, despreocupado de las miradas ajenas, mantenía su cola erguida con gran orgullo, pero por su apariencia el gato era detestado por la gente, con miradas llenas de odio y rencor, algunas personas le arrojaban piedras mientras el gato se perdía en la oscuridad.
Tal vez eso era algo un poco triste, pero toda la vida fue igual, el gato acostumbraba a estar solo, de hecho, prefería estar así, mientras del tejado miraba a perros jugando con sus dueños, y otros gatos siendo acariciados. El gato sabia que era demasiada molestia preocuparse por otros.

El gato caminaba por un sendero oscuro cuando entonces, un joven pintor agarro al gato entre sus brazos y le dijo... "Buenas tardes mi pequeño y adorable amigo... al parecer tu y yo nos parecemos mucho...", mientras el gato miraba extrañado a aquel chico, comenzó a forcejear entre sus brazos, y lo comenzó a arañar para poder escaparse... hacia un camino llamado "soledad". Y corrió, y corrió, todavía incapaz de confiar en la amabilidad de aquel pintor, algo que jamas había visto en su vida, se detuvo y se dio cuenta que era la primera vez que sentía esa calidez en su vida...
Pero no importo cuan lejos corrió el gato, el extraño lo seguía de cerca, hasta que pudo tomarlo nuevamente.

Y así paso el tiempo, el gato se sentía bien y feliz, luego cayo el segundo invierno del gato y el pintor juntos, el pintor pensaba en un nombre para aquel pequeño tan oscuro como la noche, el pintor le dio a su pequeño amigo un nombre, se lo susurro a su oreja... Su cuaderno de dibujo era todo en blanco y negro.
Pero entonces, un día, aquel pintor, quien cayo enfermo, por su vida de pobreza, escribió una ultima carta, y le dijo algo gato, "¡Corre!, ¡Corre!, llévale esto a ella, la chica quien espera el regreso... de este chico que huyo a perseguir sus sueños", entonces el pintor se desplomo en el piso, dejando ver sus distintas pinturas en blanco y negro, mientras el gato las miraba extrañadas y pensaba "Nadie compra pinturas de un gato negro de la mala suerte, pero aun así, tu solo me dibujabas a mi...", el gato se acerco a su amigo, y noto que su cuerpo comenzó a ponerse frió, y con determinación agarro la carta llevándola en su hocico.

Mientras el gato corría, recordaba el tiempo que vivió junto a su amigo, la primera persona que le entrego calidez en su vida, y lo trato como él tanto anhelaba.

El gato negro corrió por el nevado camino de la montaña, debía pasarla para llegar al pueblo, sus frágiles pies comenzaron a entumirse, pero en su hocico mantenía la promesa que le hizo a su fallecido amigo, los niños que jugaban vieron al pequeño gato corriendo, mientras le gritaron "¡Miren!, ¡es un gato negro, el sirviente del mal!", mientras le lanzaban piedras, varias de ellas llegaron en su pequeño cuerpo e incluso una llego en su ojo derecho, dejándolo sin visión, al instante comenzó a sangrar y se detuvo, una fuerte patada de un niño lo arrojo lejos, quebrando un par de costillas del pequeño gato negro, "No importa como me llamen, ¡Yo ya tengo un nombre que no podrán quitarme!"... Holy Night...  "¡El me llamo Holy Night!... con toda su calidez y amabilidad que tuvo", exclamaba el gato en su mente, "Quizás, hay una razón para que alguien tan odiado como yo haya nacido... tal vez yo naci para lo que deba hacer hoy".

Finalmente llego al pueblo natal de su amigo, solo estaba a unos pocos metros de alcanzar la casa de la chica, y corrió, y cayo, cubierto en heridas, con su visión nublada y algo moribundo, sin siquiera con tiempo para levantarse, los insultos y la violencia se dejo caer nuevamente sobre el, "¡NO DEBO PERDER!, ¡SOY HOLY NIGHT!", arrastrando sus pequeñas patas que estaban a punto de destrozarse comenzó a correr de nuevo, "¡La encontré!, ¡Esta es la casa!", la puerta estaba abierta, la chica estaba sentada mirando con una mirada triste la puerta, esperando que aquel chico pintor volviera entrando por aquella puerta, el gato se lanzo con las ultimas fuerzas que tuvo y al caer en el regazo de aquella chica, sus ojos se cerraron y su corazón dejo de latir.

La chica, quien habia leido la carta, envolvio al gato en una sabana blanca y enterro al gato inmovil en su jardin, le añadio una letra "K" al nombre del pequeño gato en aquella carta, y con ese nuevo nombre sepulto a Holy Knight...